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viernes, 9 de agosto de 2013

Los pitufos 2: pitufifantástica


Película: Los pitufos 2
Título original: The Smurfs 2
Dirección: Raja Gosnell
Año: 2013
País: USA
Duración: 105 min.
Género:  Animación, comedia, fantasía
Interpretación: Hank Azaria, Neil Patrick Harris, Brendan Gleeson, Jayma Mays, Jacob Tremblay. Voces: Katy Perry, Christina Ricci <3, Jonathan Winters, J.B. Smoove, George Lopez, Anton Yelchin, John Oliver.
Guion: J. David Stem, David N. Weiss, Karey Kirkpatrick, Jay Scherick, David Ronn
Producción: Jordan Kerner
Efectos especiales: Sony Pictures

Cuándo uno va al cine a disfrutar de las delicias de este entretenimiento a 24 frames por segundo, no suele ser algo común, en los tiempos que corren, llevarse gratas sorpresas. He de aceptar que fui un escéptico inmaduro al prejuzgar la presente producción que mucho dista de ser la sosa película bobo infantiloide dirigida a los más pequeños de la casa. Lo es, en gran medida, pero no se olvida del resto del público. Así que sin más, adentrémonos un poco a esta  divertida, ocurrente y dramática (en ratos) aventura tintada de gris y azul  a mansalva.

En Los pitufos 2  el villano Gargamel crea una pareja (una especie de copy & paste mal hecha) de los Pitufos (los traviesos) quienes buscan encarecidamente la esencia mágica de los duendes azules para entregársela a Gargamel. Pitufina es secuestrada y llevada a Francia, dónde Gargamel es un famoso mago aclamado por la crítica y el  público. Papá Pitufo, Torpe, Gruñón y Vanidoso se adentran a nuestro mundo para intentar rescatar a su desdichada hermana de los engaños de las malvadas criaturas ideadas por el malintencionado villano, atravesando innumerables obstáculos mientras aprenden invaluables enseñanzas sobre la amistad, la familia y los valores.

El planteamiento es superficialmente fácil pero se desarrolla de manera exquisita durante los más de 100 minutos que estamos frente a la pantalla, minutos que pasan sin darnos cuenta mientras nuestro niño interior se logra convencer de que las leyes de la física son algo que podemos pasar por alto mientras el fin sea maltratar y hacer sufrir de la manera más humillante posible al malvado de turno y a su excéntrico gato patiño. Los actores involucrados logran transmitir la suficiente credibilidad sin dejar de lado algunos estereotipos.

¡Duendes azules! Alguien debe dejar esas sustancias raras
Son sólidos y creíbles aunque de momento alguna chispa de exageración en pos del entretenimiento nos harán pensar que están ahí por alguna razón… y la tienen: Desde el indeseable padrastro que dejó traumas en la infancia hasta la torpe y a la vez eficaz participación del infante quien, pese a lo que se puede pensar, tienen una participación más bien limitada. Pero quienes verdaderamente se llevan las palmas son los pitufos. Están vivos, están ahí;  sienten, se expresan sin apegarse a forzosos diálogos y están actualizados (usan tabletas digitales y dan like en  pitufifacebook ¡Genial!  Yo debería de tener una cuenta ahí).  La manera en la que interactúan e intercambian opiniones con los humanos se siente tan orgánica que te olvidas (con gran pesar en el corazón) que son seres tridimensionales animados superpuestos en una toma real. Hace tiempo que a un servidor no le tocaban las fibras sensitivas de la manera en que los pequeños azules lo hicieron. Tenía que voltear a mirar a otra parte para que mi acompañante no notara que mis ojos estaban hinchados y al borde del colapso.

Aquí, señores, el posible alter ego del redactor
¿No son adorables? (salvo el de la derecha: repugnante)


Dejando el dramatismo a un lado, quién en la opinión de este redactor se lleva las palmas es Pitufo Gruñón. Me atrapó desde su primer aparición y esperaba con ansias el momento en que alguno de sus comentarios ácidos, sarcásticos y llenos de mala leche, hasta los límites que una producción familiar lo permitían, me hicieran soltar una carcajada de lo más profundo de mi ser.  Al parecer es él quién está más actualizado en psicología, política e historia de nuestro mundo que el mismísimo(y pretensioso) pitufo filósofo que no apareció más que para ser motivo de mofa y ridiculización (neeeerd). Cuando el respetable se atreva a ver esta cinta se dará cuenta de lo que digo y tal vez entenderá por qué éste personaje está en los carteles. Los malosos en realidad son inocentes y su maldad está tan bien justificada que uno puede llegar a enamorarse de ellos y hasta comprenderlos… Defenderlos, si es necesario. Me entusiasmó la manera de ganarse al público no en base a cambios en su actitud, como suele suceder en este tipo de cintas, pues cada quién es como es y… ah… quería decir más pero estoy cayendo en un spoiler del tamaño de mi nariz.  Son malos adorables.


El apartado técnico es una delicia. Quién en su historial peliculero haya disfrutado de cintas como “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”, “Mundo Cool”, quizás “Space jam” y más contemporáneas “Garfield (…),  “Paul” y la mismísima “Ted”,  como es mi caso, se sentirán gratamente satisfechos mirando cómo están integrados estos personajes.  Yo imaginé que por un tiempo que nadie superaría a la mencionada “Ted” pero no pensé que fuera tan corto. Ya mencioné anteriormente como interactuaban los bichejos sentimentalmente con los personajes, sin embargo, esta interacción sería poco más que imposible si no fuera por los genios del arte digital que lograron con sus juegos de sombras, texturas, luces y demás parafernalia técnica, integrar a los pitufos a nuestro mundo  (paréntesis: si están pensando, como se ha especulado en muchas ocasiones, realizar una secuela de Roger Rabbit ¡¡¡Que me corten las ******* si no es este el momento ideal para hacerlo!!!). Y es que van de aquí para allá desmadrándolo (en el buen sentido) todo sin que se note un ápice de irrealidad ¡Parece la fiesta que nunca termina!

La integración de las animaciones es, por mucho, lo mejor que hay al día de hoy
Los Pitufos 2 sorprenderá a mucho del público que no está acostumbrado a este tipo de películas (inclúyome) ya que tenía el reto de ser una película para todo público y lo ha conseguido de una manera espectacular, tanto en argumento, efectos e historia. Hay pequeños detalles que de repente se salen de contexto pero no ensucian, ni mínimamente, el conjunto de esta magnífica obra. Ideal si tenemos que llevar a toda la familia (o a los cuñaditos o sobrinitos que nunca faltan)  ya que, seguramente, no decepcionará a casi ningún tipo de público. 

lunes, 22 de julio de 2013

"Pacific Rim": entretenimiento sin complicaciones

Película: Titanes del Pacífico
Título original: Pacific Rim
Dirección: Guillermo del Toro
Año: 2013
País: USA
Duración: 132 min.
Género:  Ciencia ficción, Kaiju
Interpretación: Idris Elba, Charlie Hunnam, Rinko Kikuchi, Charlie Day y Diego Klattenhoff
Guion: Travis Beacham, Patrick Melton, Marcus Dunstan y Neil Cross
Producción: Guillermo del Toro, Jon Jashni, Mary Parent, Thomas Tull y Callum Greene
Efectos especiales: Industrial Light & Magic

Algo de destrucción retro
Hay ocasiones en la vida que tienes que olvidarte de la absoluta seriedad de las cosas.  Recuerdo cuando niño estar horas interminables frente a la proyección de imágenes a través de rayos catódicos del viejo ATARI. No era la gran cosa: no argumento, cero historia, ni siquiera una pequeña introducción textual que nos explicara algún tipo de historia de las cosas.  Era disfrute puro sin pensar en nada más. Un disfrute que, además, necesitaba de una gran imaginación ya que los rectangulares y gigantes pixeles que representaban los objetos eran no tan fácilmente reconocibles así que nuestras neuronas tenían que trabajar al máximo para acabar de recrear lo que el desarrollador quería que creyeras... ¿Y todo esto para qué? Primero, para que los lectores de esta sencilla columna se vayan adentrando a la psicología (y traumas) del autor y segundo, porque la presente reseña va en muchos sentidos dirigida (que no limitada)  a mis contemporáneos devoradores de Godzilla, Gundam, Mazinger y que seguramente vivieron esas mismas peripecias electrónicas antes de que los CGIs llegaran a devorarlo todo… Propuestas que, además, no son ni mucho menos poco contemporáneas. Comencemos con un poco de historia. 

Pacific Rim  nos sitúa en un futuro no tan lejano en el cual el humano controla mastodónticos robots electro mecánicos neuro controlados (Jaegers) los cuales combaten a muerte  contra monstruos de similares proporciones (Kaijus) que llegaron a la tierra de una manera misteriosa: de las profundidades del océano pacífico.

La premisa, como podemos observar es sencilla, incluso, ya utilizada desde el  mítico Mazinger Z y otras obras de similar envergadura. Inclusive, el año pasado pudimos observar aquel bodrio de Battleship que, bueno, ya con mencionarla aquí hemos hecho demasiado.  No he tenido el gusto de ver Evangelion. Lo digo porque para muchos al ver los primeros anuncios de la presente se remontaron inmediatamente a dicha obra de ingeniería japonesa. Yo, más bien, por los elementos (actores yanquis, CGIs, diálogos facilones…) recordé inmediatamente a Omega Boost. Y es que difícilmente se puede hablar de esta cinta sin caer en odiosas pero necesarias comparaciones, aunque podría estar justificada ya que cualquier no tan hábil espectador, con un historial más o menos decente de consumo de cine puede darse cuenta de inmediato del cóctel de influencias y homenajes presentes, algo así como el Kill Bill del "gigantismo". Quienes crecimos viendo a Godzilla haciendo añicos –acartonados- a Tokio y las épicas batallas del ya mencionado robot Z disfrutarán en gran medida la proyección de la presente, sin buscar un trasfondo ni una explicación coherente.

Seguro que las actuaciones no ganarían ni un concurso de actuación de primaria
Advertencia: si entramos a ver Pacific Rim pensando en que será una gran historia, llena de momentos espiritualmente complejos, una enredada lucha de morales entre los protagonistas y antagonistas o algún tipo de crítica sobre lo descompuesto que está el tejido social, estamos entrando a ver la película equivocada. Las actuaciones cumplen estrictamente con lo justo y salvo la pequeña Mako (Mana Ashida), las interpretaciones no logran transmitir más sentimientos que los esperados de un cliché. Lo intentan, sí, pero no lo logran.  Las motivaciones de los personajes son tan sintéticas como genéricas (sin llegar al patetismo de Battleship. Algún día habrá que hacer una contrareseña de esta película) y poco profundas.  Aunque la película no nos engaña y desde el principio nos propone que todo será así (en cuanto guión y desarrollo).  Al menos, quién redacta, y sin ánimo de dramatizar, puede decir que a los primeros 15 (25, máximo) minutos ya sabía la manera en que se iba a desarrollar la historia y casi puede adivinar en qué terminaría. En fin, de lejos se puede ver que se dejó del lado mucho del sello del director para que pudiera entregar un  blockbuster  listo para ser devorado por la enorme cantidad de público que llenará las butacas del cine (y sus bolsillos) este verano.

Por otro lado, tampoco se nos “prometió” otra cosa desde el trailer:

Espectaculares batallas desarrolladas en ciudades impecablemente representadas, un diseño de monstruos más que sólidos y creíbles made in Del Toro . El manejo de la física está tan perfectamente plasmada que, de la mano de los efectos de sonido, hicieron que en más de una ocasión  volteara la cabeza para asegurarme dónde estaba la salida de emergencia… por si acaso.  Puedo asegurar que no se ha visto en pantalla tal nivel de destrucción a esa escala y de esa forma tan convincente. Estamos llegando a un nivel técnico en el que, ciertamente, el límite de los grafistas esta sólo en su imaginación. 

Parece ser que todo el mimo y cuidado del mencionado apartado audiovisual disminuyó la atención sobre otros tan importantes (para no decir esenciales) como la calidad de la historia… Muchos dirán: ¿A quién le importa la historia con semejante despliegue gráfico? Importa y mucho. Y es aquí donde las opiniones se comienzan a dividir. 


Después de un verano cinematográfico tan tibio, Pacific Rim cierra este ciclo de la misma manera en que comenzó: flojo. Pienso  que basar el éxito de una película en el apartado audiovisual es una ofensa al Buen cine (con mayúscula), cuestión que me extrañó de Del toro, quién ya nos había "acostumbrado" a otros estándares. Basta dar una miradita a “El espinazo del diablo”, “El laberinto del fauno” o incluso la saga ”Hellboy” ¡Las leyes del mercado mandan, señores!. 


Pacific Rim es una película que hay que ver y seguro que se convertirá en parte aguas e ícono definitivo del género que entra por los ojos,  pero no por esto será del agrado de todo aficionado al séptimo arte dado su escases de fondo y su argumento poco trabajado. Muchos la, ejem, aceptaremos por tratarse de un tributo u homenaje a las cintas y series de mechas y monstruos destructores, pero nada más. Del Toro ha dicho tiene en mente una segunda parte así que esperemos que para esta se genere una mejor línea narrativa ya que para tributos y melancolías ya tuvimos suficiente por el momento. Si no tienen problemas con estos detalles,  no están buscando ir a aflorar sentimientos frente a la pantalla y simplemente quieren disfrutar de un excelente momento mientras devoran su cesto de palomitas, Pacific Rim es su opción definitiva. 

P.D. Gracias a Nathan por la invitación a participar en este grandioso espacio. :D